El libro "Juan Moreira", de Eduardo Gutiérrez, sentó las bases de la narrativa gauchesca argentina. Juan Moreira existió realmente y se constituyó en un mito popular. La novela se basa en su historia, luego adaptada como obra de teatro y en varias películas.
Juan Moreira
Biografía de Juan Moreira
La historia de Juan Moreira es muy similar a las de los pistoleros norteamericanos de la misma época, como Bat Masterson, Wild Bill Hickock o Wyatt Earp, y como ellos también hubo una época en que fue comisario. Cuando un gaucho era hábil con el cuchillo y se hacía conocido, como lo fue Juan Moreira, era frecuente que se cruzaran en su camino otros que querían medir su habilidad con él en un duelo a muerte, de la misma manera que sucedía en el "lejano oeste" con los pistoleros estadounidenses. Aparentemente, varias de las muertes provocadas por Juan Moreira se deben a esta causa, pues las víctimas eran a su vez hombres de pelea.
¿Cómo era realmente Juan Moreira?
La descripción de Juan Moreira que se da en la novela coincide en su aspecto formal con la realidad, y aunque no menciona el hecho de que Moreira tuviese el rostro picado de viruelas, a través de su fotografía puede verse que era un hombre bastante apuesto. Quienes conocieron a Juan Moreira en su paso por la localidad de Salto (provincia de Buenos Aires) decían que su tez era más bien rojiza, con marcas de viruela, ojos pardos, pelo castaño, barba larga y bigote abundante, más alto de lo normal y ancho de espaldas.
¿Cómo vestía Juan Moreira?
Moreira siempre vestía chiripá, poncho, sombrero de felpa, pañuelo de seda al cuello y botas de becerro, y además tocaba bien la guitarra. Tanto la famosa daga (o facón) de Juan Moreira como su caballo, un colorado overo, se los había regalado Adolfo Alsina por sus servicios para el Partido Autonomista. Un error bastante notable en la película de Leonardo Favio es que el facón que le regalan a Juan Moreira tiene el gavilán en forma de "U", cuando en realidad era una "S" (como era lo usual), y Moreira después la hizo cambiar. Llama la atención porque eso se menciona en el libro de Gutiérrez, o sea que no era necesario investigar mucho.
¿Dónde nació Juan Moreira y cuál era su nombre real?
Aunque varias biografías dicen que nació y creció en Matanzas (hoy Partido de la Matanza), en realidad no se llamaba Juan Moreira ni nació en ese lugar. Nació en 1819 en San José de Flores, y fue bautizado como Juan Gregorio Blanco en la iglesia de San José de Flores el 25 de noviembre de 1819, hijo del gallego Mateo Blanco y de Ventura Ñúñez, y nacido en los bañados que más al Sudoeste seguían hasta San Justo.
El padre de Juan Moreira fue un temible mazorquero a quien Rosas le hizo llevar el mensaje que contenía la orden de fusilarlo. Esa fue la razón por la cual, para proteger a su hijo, le cambiaron el nombre de Juan Blanco a Juan Moreira. Como muchos gauchos del lugar Moreira se hizo hábil en la doma de potros y en el manejo del ganado, de manera que se desempeñaba en esas tareas de campo y también tropeando hacienda. Cuando tenía unos treinta años Moreira ya tenía su propio campo, con algunas vacas y ovejas.
En Navarro, conoció a Vicenta Andrea Santillán, hija de una cautiva, quien le daría tres hijos. Es en esta época cuando comienzan los problemas de Juan Moreira con la justicia, pues al contraer matrimonio con "la Vicenta" hizo una fiesta, como se estila en esos casos, pero sin pedir la autorización que exigía la ley. Existe constancia de la multa de quinientos pesos cobrada a Juan Moreira por no solicitar autorización para realizar la fiesta de casamiento, y que dicha suma fue destinada a la construcción de una iglesia. Esto confirmaría lo relatado en la novela por Eduardo Gutiérrez. Con "la Vicenta" vivió Juan Moreira los años tranquilos de domador y resero en San Justo y Morón. En Navarro fue mimado por estancieros autonomistas y hasta lo hicieron policía (aunque renegó del uniforme).
Pero fue en 1869 que se desencadenó la larga serie de asesinatos cometidos por Juan Moreira, a raíz de la negativa del almacenero Sardetti a devolverle un dinero que Moreira le habría prestado. En el cruce de las actuales rutas nacionales 3 y 4 es donde aproximadamente se hallaba ubicada la pulpería "El Peligro", de un genovés de apellido Sardetti, quien le negó a Moreira que hubiese recibido de él diez mil pesos en calidad de préstamo. Dispuesto a recuperar su dinero Moreira decidió denunciarlo, pero como no tenia ningún comprobante que demostrara la existencia de esa deuda fue puesto durante dos días en el cepo por falsa denuncia. Enfurecido, una vez cumplido el castigo Juan Moreira fue al almacén de Sardetti y lo mató de diez puñaladas, una por cada mil pesos que le debía. Ese fue el primer crimen de Moreira, al que siguieron otras dos bajas en la partida policial que le cerró el paso, además de tres milicos heridos.
Juan Moreira se desgració en San Justo, pero se serenó en Navarro; luego, protegido en la política, fue guardaespaldas de Adolfo Alsina, quien le regaló un caballo y la famosa "daga de Moreira". Sin embargo Juan Moreira dejó el Partido Autonomista para pasarse al bando contrario, el Partido Nacional, conducido por Bartolomé Mitre.
El duelo de Juan Moreira con Juan Córdoba se produjo en las cercanías de Cañuelas, donde luego de que Moreira le ganara unos pesos a la taba Córdoba lo insultara después de pagarle. Según constancia judicial la muerte de Córdoba no se produce en un duelo, sino que Moreira, en estado de ebriedad lo ataca en una pulpería sin que aquél atinara a defenderse. Después de esa muerte, Moreira marchó al tranco hasta Las Heras, donde se mantuvo escondido en casa de familiares de su mejor amigo, Julián Andrade. En Villars, cerca de Las Heras, hay un viejo ranchito en la estancia turística Los Ombús, que según la tradición oral fue el escondite de Juan Moreira.
En la zona urbana, al 1700 de la calle 24, al viejo edificio se lo reputa como una pulpería frecuentada por Juan Moreira. En el despacho de Olaso, junto a la plaza, fue donde el 31 de diciembre de 1872 enfrentó en duelo al puntero autonomista José Leguizamón. Lucharon a lo largo de la plaza y frente a la parroquia actual, donde Moreira abatió a su contrincante.
Para entonces, muchos juzgados rurales se exhortaban entre sí por la captura de Moreira, que las partidas, temerosas, preferían eludir. Juan Moreira había pasado por Saladillo, Salto y Bragado, y hasta se refugió entre la tribu de Coliqueo, pero terminó enfrentado con sus capitanejos. Según las diversas versiones se dice que Juan Moreira era analfabeto, cantor y guitarrero, y aunque se contradicen en algunas cosas coinciden en que era alto, provocador y amante requerido.
Juan Moreira siempre buscó a Laura, su amante preferida, en el piringundín y posada "La Estrella", de Lobos (luego fábrica de soda y finalmente una clínica en la esquina de Cardoner y Chacabuco), y estaba con ella el 30 de abril de 1874 cuando lo sorprendió la partida (entre los policías estaba Enrique O´Gorman, hermano de la famosa Camila). Juan Moreira se batió y quiso saltar la tapia de La Estrella, cuando la bayoneta del sargento Andrés Chirino se le clavó en la espalda; Moreira le erró un trabucazo por sobre el hombro, pero le cortó cuatro dedos de la mano izquierda con la daga.
Lo que más fama le dio a Juan Moreira fue su arrojo y habilidad para enfrentarse él solo contra partidas de varios hombres y salir airoso del trance. Además de su tremendo facón, de 63 centímetros de hoja (más de 80 si se cuenta la empuñadura), Moreira llevaba dos trabucos de bronce para los cuales siempre tenía munición preparada, lo que le permitía recargarlos con rapidez. Una prueba de esto es el relato del sargento Chirino, pues luego de disparar sus trabucos contra los policías que lo habían sitiado en la habitación de "La Estrella" salió al patio, donde al comenzar a trepar la tapia nuevamente le disparó a Chirino cuando éste lo atravesó con la bayoneta. El pasado de Juan Moreira como comisario también jugaba a su favor, pues sus antiguos camaradas evitaban enfrentarlo, y además debe tenerse en cuenta que quienes se le enfrentaban no estaban dispuestos a arriesgar su vida en la misma medida que Moreira, algo que también le daba cierta ventaja para escapar cuando se hallaba rodeado. Varias muertes causadas por Juan Moreira fueron el resultado de estos enfrentamientos, pues disparaba sus trabucos al montón, y eran armas que producían un daño considerable.
Es de destacar la capacidad de Juan Moreira en el manejo de sus armas, además de una gran habilidad en el manejo de su tremendo facón poseía gran fuerza, lo que hacía muy difícil a sus rivales parar o desviar sus lances. Luego de haber sido atravesado por la bayoneta de Chirino y dispararle con el trabuco, con su tremendo facón le tiró un hachazo que lo alcanzó en la cabeza y le cortó cuatro dedos de la mano que sostenía la bayoneta, para caer muerto pocos minutos después.
En el caso de Juan Moreira hay dos vertientes de opinión, disímiles entre sí. Los testimonios asentados en los expedientes judiciales califican a Moreira como un criminal sanguinario que mataba por el gusto de hacerlo, y para ello desafiaba a pelear a quien tuviese enfrente. Como contrapartida hay testimonios de personas respetables que habiéndolo conocido bastante a Juan Moreira lo describen como un hombre tranquilo, aunque siempre fuertemente armado.
El fundador de la localidad de Los Toldos, Don Eleto Urquiza, un escritor que conoció a Juan Moreira, escribió sobre él: "No era como lo pintaban, un tigre humano, siempre andaba bien vestido, muy serio, todo un caballero en su trato. Lo conocí bastante, porque estuvo quince días en mi posada, en él no noté ningún rastro de hombre criminal, lo único que lo delataba como un hombre de pelea era que siempre estaba armado hasta los dientes, tenía un cuchillo que lo llamaba caronero y un pequeño puñal para churrasquear. Dormía afuera, en algún reparo, junto a la estaca donde estaba su caballo, siempre repetía que era lo único que le tenía confianza".
El facón o daga de Juan Moreira
La daga de Juan Moreira, que hizo cruenta carrera en sus manos, terminó en poder de un tal Melitón Rodríguez, que luego la donó al Museo de Luján. Un mate de plata labrado, una rastra con monedas del siglo XVIII y dos pistolas naranjeras con sistema Lafaucheux de Moreira fueron a parar a la colección de M. Estrada Liniers, autor de una inhallable biografía.
Andrés Chirino murió a los 101 años de edad en Buenos Aires, ciudad donde Vicenta, la mujer de Juan Moreira, vivía a principios del siglo XX, en la calle Bartolomé Mitre 4470. La calavera de su marido fue pisapapeles del abuelo de Perón hasta que Mario Perón la donó también al Museo de Luján.
Portada de la primera edición de la novela Juan Moreira